Se ha terminado la autoridad. Pero os aseguro que cuando lo pedíamos entonces, no queríamos decir esto. Nunca hemos hablado de autoritarismo pero sí de autoridad, la moral es una forma común, colectiva, de estar en el mundo. Ya no, ahora los niños y los perros son el centro de la familia, los pequeños reyes (satánicos, dirían algunos, el nuevo imperialismo). Pero, como en toda dialéctica de relaciones, de poder, tarde o temprano tendrían que enfrentarse. Aquí va un ejemplo, cuando el niño ya no quiere dar de comer a las palomitas en la Plaza del Pilar…