La mejor de las estrategias es empatizar con el otro, comprenderlo, solidarizarte con sus propuestas existenciales.
Y luego, cuando te quedas solo, empiezas con aquello de «el mundo no me merece» o «¿Qué sabrán ellos? Y te vas con lo mejorcito del mundo friki o te compras un perro, que no habla.
Ja, ja, ja…! Ya no hay mascotas con quien hablar! Se habla con el celular! O con la TV!!!!!!!
Una vez, una mujer mayor, que todavía se extrañaba de la televisión, por indicación de sus nietos dejaba encima del televisor las monedas que habría entregado de estar viendo la misa en persona. Después los nietos recogían su propina de encima del televisor, porque solía ser generosa. Así todos los domingos.
Esta señora hacía mucho más que hablar con la TV.