Hemos estrenado la obra Angelus Novus en dos formatos: Angelus Novus I, primer encuentro, sobre un escenario con bailarines, cantantes, músicos y Angelus Novus II, la transfiguración en formato de largometraje. El primero fue estrenado en 2019 en La Rotonda, Zaragoza y el segundo en 2020 en el Teatro de las Esquinas, Zaragoza. Dos formatos para un concepto: el mito del ángel que cada año desciende sobre la humanidad y que muestra su horror frente a lo percibido y que, en el dibujo de Paul Klee, aparece desfigurado de horror y que Walter Benjamin usó para elaborar su teoría del «ángel de la historia».
Todas las representaciones modernas han perseguido esa estética del horror y de la desesperanza, algo que parece comprensible para aquella época, en la que la Segunda Guerra Mundial mostró toda su indescriptible crudeza y que finalmente terminó con Benjamin en su decisión suicida.
Pero existen otras interpretaciones que, sin negar el horror, hablan de la fortaleza, del espíritu regenerador del hombre, de la necesidad de crear mitos que, como talismanes, empujen al hombre hacia el lugar que le corresponde, con todo lo que le corresponde; una visión completa, unificada en lo que la mística llamaría la unión de dios y del hombre. ¿Por qué inventar dioses cuando, posiblemente, una nueva mirada del hombre sobre sí mismo, podría ser suficiente? Un hombre material, tangible, objeto de una antropología ( Etología, si se prefiere) y alejado definitivamente de la visión alienante de la mística y sus instituciones.
Los ángeles no existen a pesar de que los hombres quieran a toda costa crearlos para encontrar allí los significados que son incapaces de encontrar aquí. ¿Hace falta? Parece que ha hecho falta. ¿Podríamos desviar ahora la mirada ? No como ángeles henchidos de dolor, con los ojos desorbitados, quebradas unas alas que a duras penas han ascendido, sino como hombres, en la aceptación de los límites, en el reconocimiento, en el nacimiento y en la muerte, en el placer y en el dolor, en las ciudades que nos acogen, en los silencios que nos invaden, entre las personas que nos siguen rodeando todos los días.
